Terapia Hormonal
Las hormonas son substancias que el organismo produce naturalmente y que estimulan el crecimiento de los tejidos sensibles a las mismas, tales como las glándulas mamarias. Cuando el cáncer surge en los tejidos de las mamas, es posible que las hormonas lo ayuden a crecer y a difundirse. Por lo tanto, es posible que los fármacos que bloquean la producción de hormonas o que cambian la forma en que éstas operan logren luchar contra el cáncer. Otra forma de luchar contra la enfermedad es la de extirpar los órganos que secretan hormonas, tales como los ovarios. La terapia hormonal es un tratamiento sistémico - tal como lo es la quimioterapia - que lucha contra las células cancerosas en todo el cuerpo.
Por ejemplo, dos tipos de cáncer que son dependientes de hormonas son los de receptor de estrógeno positivo (ER+) y receptor de progesterona positivo (PR+). Los receptores son lugares de la superficie de las células a los que se pueden pegar las hormonas, activando el crecimiento. Los cánceres de mama ER+ y PR+ dependen del estrógeno y la progesterona, respectivamente, para crecer, así que los médicos pueden bloquear estas hormonas con la intención de "matar de hambre" a las células cancerosas.
El estándar de la terapia hormonal es un fármaco llamado tamoxifen, que bloquea el estrógeno después de que éste es producido. Estudios han demostrado que la terapia hormonal, tal como tamoxifen, puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama en la misma mama (ipsilateral) o en la opuesta (contralateral) en hasta un 50 por ciento. Los inhibidores de aromatasa son un nuevo tipo de terapia hormonal que interfiere con la producción de estrógeno. Los efectos secundarios podrían ser similares a los síntomas de la menopausia, incluyendo los bochornos. Tendrá que conversar con su médico acerca de los efectos secundarios específicos del fármaco que tomará.